FESTIVAL
VIRGEN DE
LA MERCED
Isla de Maipo
Difíciles momentos vivía la comunidad de Isla de Maipo hacia 1899. La gran cantidad de lluvias hizo aumentar a varios brazos el ya caudaloso Río Maipo. Varias casas, personas y hasta un tren habían sido llevados por las aguas.
Un grupo de isleños se refugió en la parroquia para pedir de rodillas a la Virgen de la Merced, que los protegiera e impidiera que el río siguiera creciendo. De repente una voz propuso hacerle a la Virgen la promesa de, todos los 24 de septiembre, realizar en su honor a la fiesta más bonita de toda la región. Las voces fueron uniéndose, algunos sumaron al baile chino (de antigua data en la zona, al que incluso María Graham dedica unos párrafos en su diario) y alguien propuso llevar la imagen misma a la zona de la La Puntilla de Lonquén para que la Virgen apaciguara las aguas.
Un grupo de isleños se refugió en la parroquia para pedir de rodillas a la Virgen de la Merced, que los protegiera e impidiera que el río siguiera creciendo. De repente una voz propuso hacerle a la Virgen la promesa de, todos los 24 de septiembre, realizar en su honor a la fiesta más bonita de toda la región. Las voces fueron uniéndose, algunos sumaron al baile chino (de antigua data en la zona, al que incluso María Graham dedica unos párrafos en su diario) y alguien propuso llevar la imagen misma a la zona de la La Puntilla de Lonquén para que la Virgen apaciguara las aguas.









Volvieron a la iglesia y pasaron la noche junto a los demás habitantes. Fue una noche cerrada y oscura. Al amanecer se dirigieron nuevamente a La Puntilla y descubrieron que las aguas se habían desviado hacia el sector de Aculeo.







Ahí nacía una de los actos de fe y agradecimientos populares más grandes de la zona central. Y todos los años el día 24, o el domingo siguiente, cerca de 40 mil personas renuevan el agradecimiento a la Madre de Dios.
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