El siguiente registro de imágenes corresponde a 6 días en la ciudad de París, del 13 al 19 de septiembre de 2024.
Al contar sólo con unos pocos días para conocer París, planificamos la estadía de manera de conocer distintos distritos y así explorar los diferentes atractivos de la ciudad.
Así, escogimos distintos barrios pensando en la semana y tomamos nota de los lugares más interesantes para conocer, aunque con la idea de improvisar según cómo se fuera desarrollando el día.
Al contar sólo con unos pocos días para conocer París, planificamos la estadía de manera de conocer distintos distritos y así explorar los diferentes atractivos de la ciudad.
Así, escogimos distintos barrios pensando en la semana y tomamos nota de los lugares más interesantes para conocer, aunque con la idea de improvisar según cómo se fuera desarrollando el día.
Sábado.
El sábado llegamos temprano a nuestro destino. Debido a las seis horas de diferencia horaria, prácticamente perdimos una noche de sueño. Al llegar al departamento que arrendamos en el sector de Batignolles, en el barrio de Montmartre, decidimos descansar un poco antes de salir a recorrer el lugar.
Iniciamos nuestro recorrido en el emblemático Moulin Rouge y, desde allí, subimos a la basílica del Sagrado Corazón (Sacre-Cœur) para disfrutar de nuestra primera vista panorámica de la ciudad. Pasamos la tarde explorando los callejones, escaleras y algunas tiendas antes de pasar a comprar algo para comer y volver al departamento.
Domingo.
Durante nuestra investigación sobre la ciudad, descubrimos que el domingo muchos lugares permanecen cerrados, así que decidimos recorrer los monumentos más icónicos. Así, bajamos directamente desde nuestro alojamiento hasta nuestro primer destino, el Arco del Triunfo. En el camino, encontramos un parque que decidimos visitar y continuamos hacia el río Sena en busca de la Torre Eiffel que aún no podíamos ver.
Llegamos al Puente Alejandro III y desde allí tuvimos una tímida primera vista de la torre y desde ahí visitamos los alrededores del Palais du Tokyo antes de acercarnos a la plaza Trocadéro para tener una vista despejada de la torre. Como no faltaba mucho para que oscureciera, decidimos disfrutar del atardecer frente a este hermoso monumento mientras explorábamos los lugares aledaños.
Durante nuestra investigación sobre la ciudad, descubrimos que el domingo muchos lugares permanecen cerrados, así que decidimos recorrer los monumentos más icónicos. Así, bajamos directamente desde nuestro alojamiento hasta nuestro primer destino, el Arco del Triunfo. En el camino, encontramos un parque que decidimos visitar y continuamos hacia el río Sena en busca de la Torre Eiffel que aún no podíamos ver.
Llegamos al Puente Alejandro III y desde allí tuvimos una tímida primera vista de la torre y desde ahí visitamos los alrededores del Palais du Tokyo antes de acercarnos a la plaza Trocadéro para tener una vista despejada de la torre. Como no faltaba mucho para que oscureciera, decidimos disfrutar del atardecer frente a este hermoso monumento mientras explorábamos los lugares aledaños.
Lunes.
El lunes teníamos agendada nuestra primera visita a un museo, el Louvre. Bajamos hasta allí por otra avenida, descubriendo un nuevo barrio en el camino. Al acercarnos, comenzamos a ver grandes y lujosos edificios, entre los que destaca el Ópera Garnier. Ya bordeando el Sena hacia la entrada del museo, nos encontramos con vistosas galerías con gente y comercio.
El Louvre es un museo realmente impresionante, tanto por la calidad y cantidad de obras como por su magnitud. Sin embargo, el inconveniente es la cantidad de visitantes, lo que lo convierte en un lugar caótico y dificulta apreciar las obras con detención.
Salimos del museo y caminamos hacia Notre Dame, llegando al sector de Le Marais, donde hicimos una última parada antes de regresar a casa.
El lunes teníamos agendada nuestra primera visita a un museo, el Louvre. Bajamos hasta allí por otra avenida, descubriendo un nuevo barrio en el camino. Al acercarnos, comenzamos a ver grandes y lujosos edificios, entre los que destaca el Ópera Garnier. Ya bordeando el Sena hacia la entrada del museo, nos encontramos con vistosas galerías con gente y comercio.
El Louvre es un museo realmente impresionante, tanto por la calidad y cantidad de obras como por su magnitud. Sin embargo, el inconveniente es la cantidad de visitantes, lo que lo convierte en un lugar caótico y dificulta apreciar las obras con detención.
Salimos del museo y caminamos hacia Notre Dame, llegando al sector de Le Marais, donde hicimos una última parada antes de regresar a casa.
Martes.
El martes decidimos descansar un poco más, ya que el día anterior habíamos estado bastante activos. Después de reponernos, nos dirigimos al Marché aux Puces, en las afueras del centro de París, pero nos encontramos con que estaba cerrado. Desde allí, caminamos hasta la parte alta de Montmartre, pasando cerca de los lugares que habíamos visitado el primer día. Tomamos un descanso en un café en una esquina y, más tarde, salimos a experimentar la vida nocturna del barrio.
El martes decidimos descansar un poco más, ya que el día anterior habíamos estado bastante activos. Después de reponernos, nos dirigimos al Marché aux Puces, en las afueras del centro de París, pero nos encontramos con que estaba cerrado. Desde allí, caminamos hasta la parte alta de Montmartre, pasando cerca de los lugares que habíamos visitado el primer día. Tomamos un descanso en un café en una esquina y, más tarde, salimos a experimentar la vida nocturna del barrio.
Miércoles.
El miércoles teníamos reservada una visita por la mañana al Museo de Orsay, así que desayunamos algo ligero y nos dirigimos directamente allí. Este museo, a diferencia del Louvre, era menos concurrido, lo que hacía que la visita fuera más agradable. Al salir, caminamos por las galerías del distrito I, haciendo una parada en el encantador Harry’s New York Bar, antes de continuar nuestro camino hacia la iglesia de la Madeleine. Luego regresamos a casa y aproveché para dar un breve paseo por el área donde nos hospedábamos antes del atardecer.
El miércoles teníamos reservada una visita por la mañana al Museo de Orsay, así que desayunamos algo ligero y nos dirigimos directamente allí. Este museo, a diferencia del Louvre, era menos concurrido, lo que hacía que la visita fuera más agradable. Al salir, caminamos por las galerías del distrito I, haciendo una parada en el encantador Harry’s New York Bar, antes de continuar nuestro camino hacia la iglesia de la Madeleine. Luego regresamos a casa y aproveché para dar un breve paseo por el área donde nos hospedábamos antes del atardecer.
Jueves.
El jueves fue nuestro último día, así que comenzamos dejando las maletas en un NannyBag cercano a la estación Gare du Nord, donde tomaríamos el tren hacia el aeropuerto. Desde allí, bajamos a un parque para hacer una pausa antes de seguir hacia lo que parecía un distrito financiero. Después de eso, paramos a comer y pasamos el tiempo en los Jardines de Luxemburgo, un hermoso lugar con un clima muy agradable, ideal para disfrutar de nuestros últimos momentos en esta maravillosa ciudad.
El jueves fue nuestro último día, así que comenzamos dejando las maletas en un NannyBag cercano a la estación Gare du Nord, donde tomaríamos el tren hacia el aeropuerto. Desde allí, bajamos a un parque para hacer una pausa antes de seguir hacia lo que parecía un distrito financiero. Después de eso, paramos a comer y pasamos el tiempo en los Jardines de Luxemburgo, un hermoso lugar con un clima muy agradable, ideal para disfrutar de nuestros últimos momentos en esta maravillosa ciudad.
Registro Análogo
Me gusta el ejercicio de hacer un registro análogo en paralelo al digital; El registro digital te permite hacer muchos disparos lo que permite experimentar, también sugiere un ritmo más ágil puesto que hay que estar atento a todo lo que pasa alrededor para no perder el momento. El registro análogo en cambio te obliga a parar. Tienes que detenerte para obsvervar bien e intentar hacerlo bien en la primera oportunidad lo que despieta la técnica.
